¿Cómo elegir la bicicleta de contrarreloj o de triatlón adecuada?

Con el creciente éxito de las pruebas contrarreloj y los triatlones, la oferta de bicicletas se ha ampliado considerablemente. A primera vista, pueden reconocerse por su perfil más o menos aerodinámico y su extensión con mandos de cambio a distancia, pero las bicicletas adecuadas para este tipo de actividad abarcan realidades muy diferentes. La elección de la bicicleta dependerá de su nivel de conducción y del presupuesto de que disponga.

¿Qué es una contrarreloj o un triatlón?

Cada vez más popular, el contrarreloj y el triatlón son dos disciplinas por derecho propio con una cosa en común: un esfuerzo en solitario, generalmente sobre un recorrido bastante llano, en el que se lucha contra los demás competidores y contra el cronómetro.

Las bicicletas adaptadas a este tipo de ciclismo son muy aerodinámicas. Están diseñadas para maximizar la penetración del aire a través de su posición, y así traducir cada vatio en velocidad pura. La elección de la bicicleta dependerá de su estilo de conducción, su nivel y su presupuesto.

Características especiales de las bicicletas de CLM/Triatlón

El carbono es el material dominante en contrarreloj y triatlón, y con razón. Los diversos procesos de fabricación utilizados hacen que los cuadros sean de alto rendimiento, aerodinámicos y ligeros, aunque sean más pesados que las bicicletas de carreras convencionales. Sobre todo, estos modelos son mucho más rígidos.

El comportamiento y la penetración en el aire de estas bicicletas se estudian sistemáticamente en túneles de viento. Incluyen tubos sobredimensionados y horquillas más anchas para reducir las turbulencias. El ángulo del tubo de tubo de asiento es más pronunciado, mientras que el tija de sillín y manillar son más bajos. El tubo superior suele ser bajo, con tubos de extensión para acentuar la posición aerodinámica del ciclista. Por último, la integración de los componentes se lleva al límite: potencia, tija de sillín, pinzas de freno, etc.

Hay que tener en cuenta que algunos modelos carenados, o con una posición demasiado adelantada, o con prolongaciones demasiado largas, están reservados al uso en triatlón y no pueden por tanto utilizarse en contrarreloj, ya que no responden a las normas UCI.

¿Qué cuadro me conviene?

Para los ciclistas ocasionales o principiantes, un cuadro de aluminio es la mejor elección. El equipamiento ha evolucionado de tal manera que ofrece bicicletas de alto rendimiento a precios asequibles utilizando este material.
Los competidores más asiduos optarán por un cuadro de carbono más ligero y rígido en su búsqueda de rendimiento.

Sea cual sea el material, deberás prestar especial atención al tamaño del cuadro, ya que el tubo horizontal es más corto que en una bicicleta de carreras y el eje de pedalier está elevado, lo que reduce el tamaño del tubo del sillín.

Por último, si piensas participar en competiciones con un perfil accidentado o montañoso, es mejor que optes por un modelo menos exclusivo, o te arriesgas a tener una auténtica pesadilla en las subidas. Una bicicleta de carreras con perfil Aero o Mountain sería una elección mucho más adecuada, aunque tengas que instalar prolongadores aparte para beneficiarte de las prestaciones de la posición reclinada en los tramos más rodadores.

La importancia de las ruedas

En estas disciplinas, la elección de las ruedas es crucial para optimizar el conjunto y aprovechar al máximo las prestaciones del cuadro. La elección de las ruedas depende principalmente de los recorridos realizados y de las condiciones meteorológicas.

La mayoría de los especialistas en contrarreloj y de los triatletas disponen de varios pares de ruedas. ruedas para adaptarse a estos dos elementos.

• Llanta baja: opte por una llanta baja y ligera para conseguir una escalada ágil y una aceleración fulgurante en montaña.
• Llanta más alta y aerodinámica: se prefiere una llanta más alta y aerodinámica en recorridos llanos o accidentados por su rendimiento en términos de energía cinética y aerodinámica.
• Rueda lenticular: los ciclistas más ambiciosos pueden utilizar una rueda lenticular si las condiciones meteorológicas lo permiten (ausencia de viento). Sin embargo, la conducción de estas ruedas es exigente, tanto física como técnicamente, y requiere una buena dosis de habilidad.