El casco para bicicleta urbana encabeza la lista de equipamiento indispensable para el ciclista de ciudad. El riesgo inevitable de caída que va ligado a cualquier práctica ciclista resulta ser más importante en ciudad, donde el ciudadano que circula a dos ruedas debe compartir espacio con los demás vehículos, a falta de carriles para bicicletas claramente habilitados. Ante este riesgo acentuado por el tráfico de vehículos, la prudencia elemental obliga, por tanto, al ciclista urbano, a todo aquel que va en bici al trabajo, etcétera, a llevar un casco para protegerse de las consecuencias de un posible contacto de la cabeza con el suelo.